24 de enero de 2012

CONSTRUCCIÓN DE "ESPINA DE PESCADO"

La imagen de Florencia (Italia) no se concibe en la actualidad sin esa espectacular cúpula que hace que todas las miradas se dirijan a ella inevitablemente. Pero, pese a ser mundialmente conocida hasta hace muy poco se desconocía lo que realmente escondía entre sus muros. La cúpula a la que me refiero pertenece a la Catedral de Santa María de las Flores, realizada por Filippo Brunelleschi, afamado constructor del Renacimiento italiano. En el Renacimiento se da un cambio en la mentalidad de las personas, y por tanto en la concepción de la arquitectura; esta supo encontrar la medida del hombre al establecer proporciones sencillas y ceñidas a una geometría simple y comprensible. Uno de los exponentes que supo captar esta mentalidad fue Brunelleschi, arquitecto del Quatroccento italiano (s. XV). Brunelleschi supo construir una catedral, con una cúpula, que superaba todas las expectativas de la época, y como tal quiso esconder bien su construcción para que nadie pudiera copiarlo. Lo que hizo fue disponer de distinto modo los ladrillos de la bóveda externa y los de la bóveda interna, la que realmente soporta el peso de la construcción. Los ladrillos que componen la bóveda interna fueron colocados en diagonal, en una forma que se conoce como “espina de pescado”. Para su colocación no se empleó ninguna estructura metálica, como han afirmado muchos, sino que se usó un sistema de cuerdas que permitía calcular la posición y el ángulo en los que se debía poner cada ladrillo. Pero la cosa no queda ahí, sino que para crear más confusión ordenó que el costado de los ladrillos que quedaban a la vista fuesen marcados con un surco, lo que visualmente creaba la ilusión de que las hileras estaban dispuestas en sentido vertical. El secreto tan celosamente guardado por Brunelleschi se convirtió en un misterio que ha intrigado a los arquitectos durante casi seis siglos y que se ha podido desvelar gracias a una pequeña grieta abierta en la bóveda. El afortunado descubridor de esto ha sido el arquitecto y experto en tecnología antigua de la Universidad de Florencia, Massimo Ricci, que estableció que esta grieta no sólo va a contribuir al conocimiento de la técnica utilizada en la construcción sino que también va ayudar para poder restaurarla sin peligro de dañar esa estructura que Brunelleschi guardada con tanto recelo.




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