21 de marzo de 2012

¡VIVA LA PEPA! - PARTE II

La Constitución promulgada el día 19 de marzo de 1812, día de San José, por lo que se la conoce popularmente como “la Pepa”, es el texto legal de las Cortes que mejor define el espíritu liberal. El texto constitucional plasma también el compromiso existente entre los sectores de la burguesía liberal y los absolutistas, al reconocer totalmente los derechos de la religión católica. La Constitución contiene una declaración de derechos del ciudadano: la libertad de imprenta, la igualdad de los españoles ante la ley, el derecho de petición, la libertad civil, el derecho de propiedad y el reconocimiento de todos los derechos legítimos de los individuos que componen la nación española. La nación se define como el conjunto de todos los ciudadanos de ambos hemisferios, es decir, se colocan en pie de igualdad los territorios peninsulares y las colonias americanas. La estructura del Estado se corresponde con el de una monarquía limitada, basada en la división de poderes. La Constitución de 1812 constituye un ejemplo de constitución liberal, inspirada en los principios de la francesa de 1791, pero más avanzada y progresista. La Constitución no sólo pretendía regular el ejercicio de poder, sino también conseguir una reordenación de la sociedad. Además del texto constitucional, las Cortes de Cádiz aprobaron una serie de leyes y decretos destinados a eliminar las trabas del Antiguo Régimen y a ordenar el Estado como un régimen liberal.



CONSTITUCION DE 1812 http://www.congreso.es/constitucion/ficheros/historicas/cons_1812.pdf

¡VIVA LA PEPA! - PARTE I

Para Napoleón, la invasión de Portugal iba íntimamente ligada al dominio completo de la Península Ibérica. Por ello, dispuso sus tropas estratégicamente en Barcelona, Vitoria y Madrid para que, en su despliegue, ocupasen toda la Península. Napoleón no esperaba encontrar grandes resistencias. Las previsiones de Napoleón Bonaparte se desbarataron ante la resistencia popular. Las ciudades de Gerona y Zaragoza resistieron durante meses el ataque francés e impidieron el avance de las tropas en la zona de Levante. Asimismo el ejército francés fue derrotado en Bailén en julio de 1808 por las tropas españolas, lo que impidió la toma de Andalucía y obligó al repliegue de gran parte de los soldados napoleónicos más allá del Ebro y al abandono de la ciudad de Madrid. Napoleón llegó a España en otoño y coordinó las acciones que condujeron a la toma de Madrid y aun dominio teórico del territorio español. Ciudades, pueblos y caminos fueron controlados por las tropas napoleónicas que, tras la derrota de Bailén, llegaron a desplegar 250.000 hombres en la Península. A partir de ese momento, fue esencialmente la guerrilla la única fuerza de resistencia frente al invasor. Desde mediados de 1812, el curso de la guerra empezó a ser desfavorable para los franceses. La campaña de Rusia había obligado a Napoleón a desplazar allí gran parte de su ejército y, aprovechando la coyuntura, las fuerzas españolas, apoyadas por un ejército británico al mando del general Wellington, comenzaron a hostigar gravemente a los franceses. Incapaz de mantener los dos frentes, Napoleón decidió pactar el fin del conflicto con los españoles y, hacia finales de 1813, sus tropas empezaron a abandonar el territorio español.

QUE COMIDAS...

A lo largo de la historia ha ido variando las especialidades culinarias, un claro ejemplo es el del Imperio romano donde una de las salsas más comidas era el garum. El garum es una salsa de pescado hecha de vísceras fermentadas de pescado que era considerada por los habitantes de la antigua Roma como un alimento afrodisíaco, solamente consumido por las capas altas de la sociedad. Hoy en día se sabe de su composición por las descripciones confusas y ambiguas de Apicio que aparecen en la obra de “De re coquinaria”. Uno de los principales puertos de Hispania que la exportaban era el de Carthago Nova (actual Cartagena). Era una salsa que, mezclada con vino, vinagre, sangre, pimienta, aceite o agua, servía para aliñar otros manjares. El garo se empleaba fundamentalmente para condimentar o acompañar gran cantidad de comidas, aunque también se empleó en medicina y cosmética.














1 de marzo de 2012

SIMBOLOS DE LOS DIOSES

Cuando observamos un jeroglífico solo observamos una serie de símbolos pictóricos que no nos dicen nada pero que en su tiempo fueron una de las formas de escritura muy utilizada en el Alto y Bajo Egipto. En cada jeroglífico que decoraba una tumba, un amuleto o un elemento de mobiliario, los egipcios veían el símbolo de alguno de los singulares mitos y creencias que constituían su religión. Para poder interpretarlos debemos diferenciar entre: OJO UDYAT, representa un ojo humano o de halcón sobre una línea recta, la mejilla de esta ave, y una lágrima espiral, similar a la de la cara del guepardo, animal también asociado al cielo. En el arte el udyat se utilizó como amuleto. ANUBIS INPU, esta divinidad funeraria se representa en forma de perro o chacal. Muchas veces, Anubis se muestra recostado sobre una capilla funeraria y con símbolos de poder real, como el flagelo. En el arte alcanzó gran popularidad, apareciendo en las pinturas de casi todas las tumbas del Imperio Nuevo. CRUZ ANSADA, se cree que originariamente representaba la tira de una sandalia, aunque algunos autores sugieren un simbolismo sexual: la parte inferior representaría los tributos masculinos y la superior el útero. En el mito es un símbolo que los dioses acercan a la nariz o la boca del faraón fallecido para ofrecerle el aliento vital que necesita en la vida de ultratumba. LOTO SESHEN, flor emblemática de Alto Egipto, se usó como elemento decorativo en cuencos, copas, pectorales, frisos… como símbolo de regeneración aparece en las pinturas de las tumbas. NUDO DE ISIS TIET, este lazo o nudo podría haber sido en origen una variante del símbolo ankh, con los brazos doblados hacia abajo. Asociado con la diosa Isis, evoca el vestido de los dioses o el nudo que lo sujetaba. El nudo tiet, traducido como vida o bienestar, se usó como amuleto protector. COBRA IARET, representa una cobra erguida y con la capucha dilatada, a punto de morder. Aparece a menudo como ureo, ceñida en la frente de los reyes, y junto a la diosa buitre Nekhbet forma el símbolo de la Dos Tierras. ORO NEBU, fue uno de los símbolos más habituales en el arte funerario e incluso existió un paso de danza realizado en los enterramientos que imitaba la forma del jeroglífico. BARCA UIA, representa la típica embarcación de transporte fluvial por el río Nilo. Las barcas aparecen en las tumbas de múltiples formas: en pinturas, en textos o en refinadas maquetas. SOL RE, los faraones hicieron de Re el centro de la religión oficial y le dedicaron toda clase de templos y obras de arte.

CABALLEROS DE DIOS

Las órdenes militares surgen como forma defensiva de los reinos cruzados, defensa permanente que no logran con el personal militar de occidente. Esa solución hizo que surgieran estas nuevas instituciones. La orden del Hospital en 1070 fundada en Amalfi en un antiguo albergue de peregrinos, llevaban hábito negro con una cruz blanca y en tiempos de guerra la cruz era roja. El temple fue fundado en 1128. Orden esencialmente militar, prosperó cuando Balduino II les concede una residencia en Jerusalén en el templo. Fue conocida por la gran influencia sobre otras órdenes militares como los teutónicos y hospitalarios que tomaron la regla del temple. Participaron también en conflictos del Occidente medieval como en la Península Ibérica estando en la frontera de Aragón y Al- Andalus y Alfonso VI de Castilla contó con ellos para defender la fortaleza de Calatrava, lo que dio lugar a la orden de Calatrava replica del Temple. La orden teutónica fue fundada en 1143 toma la regla del Temple a finales del XII fue reorganizada cuando fueron a luchar contra los eslavos y dejaron de estar presentes de forma continuada en Tierra Santa. La Orden de Santiago fue una orden religiosa y militar surgida en el siglo XII en el Reino de León. Debe su nombre al patrón nacional de España, Santiago el Mayor. Su objetivo inicial era proteger a los peregrinos del Camino de Santiago y hacer retroceder a los musulmanes de la península Ibérica. Tras la muerte del gran maestre Alonso de Cárdenas en 1493, los Reyes Católicos incorporaron la Orden a la Corona de España y el papa Adriano VI unió para siempre el maestrazgo de Santiago a la corona en 1523. La Orden de Caballería del Santo Sepulcro de Jerusalén es una orden de caballería católica que tiene sus orígenes en Godofredo de Bouillón, principal líder de la Primera Cruzada. Según las opiniones más autorizadas, tanto vaticanas como hierosolimitanas, comenzó como una confraternidad mixta clerical y laica de peregrinos que gradualmente creció alrededor de los Santos Lugares de la cristiandad en el Oriente Medio: el Santo Sepulcro, la tumba de Jesucristo. Su divisa es Deus lo vult (Dios lo quiere).Creada en 1098, tras la victoriosa primera cruzada, por Godofredo de Bouillón, duque de la Baja Lorena y Protector del Santo Sepulcro. Su objetivo fue primordialmente proteger el Santo Sepulcro de los infieles con la ayuda de 50 esforzados caballeros. Balduino I de Jerusalén (hermano de Godofredo) fue quien la dotó oficialmente de su primer reglamento a imitación del Temple y el Hospital. Entre sus hechos más gloriosos, la Orden del Santo Sepulcro luchó valerosamente junto al rey Balduino I de Jerusalén en 1123, participó en el asedio de Tiro en 1124, de Damasco durante la Segunda Cruzada (en 1148) y de San Juan de Acre en 1180.Tras la toma de la ciudad santa de Jerusalén por parte de los musulmanes de Saladino en 1187, se trasladó a Europa. El concepto de caballero y monje era paradójico y precisamente este fue su éxito (Bartlett) materialización de una sociedad sacralizada y militarizada. Estas órdenes gozaron de enorme prestigio militar, político y económico. Los hospitalarios eran los menos ostentosos, la orden del Temple si lo era y fueron prestamistas ya que era una institución acaudalada. Cuando la idea de cruzada se había modificado estas órdenes militares solo funcionaban por su riqueza y tenían prestigio pero también enemigos que provocaron la caída de algunos de ellos a finales de la Edad Media.